Transición energética en criptomonedas: la prueba de participación de Ethereum y el desafío de sostenibilidad de Bitcoin

Después de años de anticipación, Ethereum, una de las principales criptomonedas, finalmente implementó una importante actualización de la red que revoluciona sus mecanismos de verificación de transacciones, creación de monedas y seguridad de la red. Esta actualización, conocida como prueba de participación (PoS), ha tenido un impacto notable en el consumo de energía de Ethereum, reduciéndolo en más del 99%.

 

El uso de energía por parte de la industria de las criptomonedas ha sido durante mucho tiempo objeto de críticas. La transición de Ethereum a un sistema PoS aborda estas preocupaciones mediante la adopción de un enfoque más eficiente desde el punto de vista energético. Sin embargo, parece poco probable que Bitcoin, la criptomoneda más conocida, siga el mismo camino. Bitcoin sigue dependiendo de un sistema llamado prueba de trabajo (PoW), que involucra computadoras especializadas que compiten para resolver problemas matemáticos complejos para validar transacciones y crear nuevas monedas. Este proceso, conocido como minería, juega un papel crucial en la seguridad de la red Bitcoin. Actualmente, las probabilidades de extraer con éxito un nuevo bloque en la cadena de bloques de Bitcoin requieren más de 100 sextillones de intentos computacionales. Este nivel de trabajo computacional garantiza que los actores maliciosos no puedan acumular suficiente potencia informática para manipular la red. Sin embargo, investigaciones recientes indican que solo en 2020, la minería de Bitcoin consumió la asombrosa cifra de 75.4 teravatios hora de electricidad, superando el consumo energético total de países como Austria o Portugal.

 

Ethereum, por otro lado, se alejó del sistema PoW que consume mucha energía y adoptó PoS. En este nuevo modelo, los validadores de Ethereum reemplazan a los mineros. Los validadores son responsables de verificar nuevas transacciones y son recompensados ​​con Ether, la criptomoneda nativa de la red Ethereum. Para garantizar la integridad de la red, los validadores deben realizar un depósito de seguridad, apostando una cantidad específica de Ether. Si un validador intenta atacar la red, corre el riesgo de perder su participación. Los defensores de Ethereum creen que este mecanismo de penalización mejora la seguridad de la red. Por el contrario, los entusiastas de Bitcoin argumentan que PoW sigue siendo un enfoque más seguro y probado en el tiempo.
Sin embargo, el consumo de energía de Bitcoin se ha convertido en una preocupación apremiante, particularmente a la luz de la crisis climática global. En respuesta, algunos mineros destacados de Bitcoin están buscando activamente fuentes de energía renovables para alimentar sus centros de datos. Además, están intentando replantear la narrativa destacando el uso de energía de Bitcoin como un aspecto positivo, enfatizando su contribución a impulsar la inversión en la envejecida infraestructura de la red eléctrica de las naciones.

 

 

 

 

El debate en evolución sobre el consumo de energía en la industria de las criptomonedas subraya la importancia de la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental. Si bien la transición de Ethereum a PoS representa un paso significativo hacia una mayor eficiencia energética, la dependencia de Bitcoin de PoW continúa siendo objeto de escrutinio. Ambas redes están explorando diferentes vías para abordar el impacto ambiental de sus operaciones y fomentar una imagen positiva en el contexto de la actual crisis climática.
Más allá del ámbito de las criptomonedas, la cuestión del consumo de energía en la era digital se extiende al ecosistema más amplio de Internet. Internet, con su vasta infraestructura de centros de datos y dispositivos de red, consume una cantidad sustancial de energía a nivel mundial. Los centros de datos, en particular, requieren enormes cantidades de electricidad para alimentar y enfriar los servidores que alojan sitios web, aplicaciones y otros servicios digitales. A medida que el uso de Internet continúa creciendo exponencialmente, también lo hace la demanda de energía.

 

Se están realizando esfuerzos para hacer que Internet sea más sostenible. Las empresas de tecnología están invirtiendo cada vez más en fuentes de energía renovables para impulsar sus operaciones. Iniciativas como los programas de compensación de carbono y los diseños de servidores energéticamente eficientes tienen como objetivo reducir el impacto ambiental de Internet. Además, los investigadores están explorando soluciones innovadoras, incluida la recolección de energía de fuentes como la solar o la cinética, para alimentar dispositivos de bajo consumo de energía e infraestructura de Internet de las cosas (IoT).

 

Aquí hay un ejemplo del mejor Antminer de Ethereum y Bitcoin como el Antminer T19 Hydro ASIC para Bitcoin o el El E9PRO modelo etéreo

 

En conclusión, la reciente actualización de la arquitectura de red de Ethereum representa un paso importante para abordar las preocupaciones sobre el consumo de energía asociadas con la minería de criptomonedas. La transición a la prueba de participación ofrece una alternativa más eficiente energéticamente al modelo tradicional de prueba de trabajo. Sin embargo, la continua dependencia de Bitcoin de la minería y sus importantes necesidades energéticas han puesto en primer plano la cuestión del consumo de energía. Ambas criptomonedas están explorando estrategias para mitigar su impacto ambiental y alinearse con el creciente enfoque global en la sostenibilidad. La búsqueda de una industria de las criptomonedas más ecológica se extiende más allá de las monedas digitales y abarca los desafíos más amplios del consumo de energía dentro del ecosistema de Internet. A medida que la tecnología continúa evolucionando, encontrar soluciones sostenibles será esencial para garantizar un futuro digital más responsable con el medio ambiente.